Se requiere un nuevo enfoque para comprender el concepto de «calidad de la educación», porque su significado tradicional ya no es adecuado en relación con las necesidades educativas que surgen en el nuevo milenio.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

UNESCO-OIE y CALIDAD EDUCATIVA


¿Evaluar y medir la calidad educativa son equivalentes?

Es necesario evaluar la calidad educativa, pero medirla supone reducir toda la complejidad a un número, una letra o un código, alimentando la obsesión rankeadora.
El concepto de medición remite a un abordaje bastante controversial de la calidad educativa.
Hay que evaluar la calidad democrática de nuestros sistemas educativos y la pertinencia de los aprendizajes, entre otras cuestiones. 

El debate acerca de la calidad de la educación está directamente asociado al debate acerca del futuro de la educación ¿Qué queremos para nuestros sistemas educativos? ¿Qué imaginamos para los niños, los jóvenes y los adultos de nuestros países? ¿Qué les puede brindar el sistema escolar?

Reiteradamente, la capacidad del sistema educativo para permitir la inserción laboral de los jóvenes se toma como un indicador de calidad educativa. Sabemos que la posibilidad de inserción laboral de los jóvenes no depende exclusivamente de los conocimientos curriculares aprendidos en la escuela. Sin embargo, esto se convierte en una forma de medir la productividad de nuestro sistema escolar para garantizar la felicidad de las personas en un mercado de trabajo que sigue siendo racista, excluyente en términos de género, un mercado segmentado sobre el cual se imprime un sistema educativo que parece tener la poción mágica capaz de limitar todos los efectos discriminadores del mercado para transformar a las personas en sujetos empleables.
Se encubre así la capacidad que tiene el mercado de trabajo para desintegrar las conquistas democráticas de los sistemas educativos. 

Fuente:
La evaluación de la calidad educativa en América Latina: modelos emancipadores en construcción.  Pablo Gentili. 2014

Al hablar de educación ¿Qué entiende usted por calidad?

La calidad es un atributo del derecho a la educación. Refiere a la eficacia que tiene el derecho a la educación de tornarse una realidad efectiva para todos los ciudadanos y ciudadanas, revelando las condiciones de igualdad de un sistema educativo. La calidad tiene que ver también con la pertinencia del conocimiento. 
La calidad de la educación se relaciona con la definición de un conjunto de saberes socialmente relevantes que una comunidad establece como aquellos que el sistema escolar debe transmitir y producir.

¿De qué manera se articula el debate sobre la calidad educativa con las diversas formas de concebir los sentidos de la educación?

Actualmente la calidad de la educación es una demanda expresada en los medios de comunicación, organismos internacionales, organizaciones sociales, organizaciones de empresarios relativamente nuevas que se nuclean en torno a un interés común por mejorar la educación.
Todos hablan de calidad, lo que habría que ver es si la concepción de calidad dominante remite a una capacidad productiva del sistema educativo que se puede revelar por la aplicación de pruebas  estandarizadas o de sistemas de medición de indicadores determinados en función de variables de rendimiento escolar.
PISA es la expresión más compleja de esta gran arquitectura de medición de la calidad de la educación, hay sistemas más simples, pero también estructurados bajo la premisa de que la calidad se puede medir gracias al uso de indicadores derivados de los aprendizajes de los alumnos en algún momento de su historia escolar. De allí emanan una serie de conclusiones, de gran poder normativo, que indican el camino que los sistemas educativos deben seguir para mejorar su calidad. Se elaboran rankings e informes basados en estas presunciones. Este debate ha empobrecido y despolitizado el problema de la calidad de la educación.

Considerar la calidad de la educación como un conjunto de componentes que cualifica el derecho a la educación significa poner en el centro del debate a la política educativa y a la pregunta sobre el sentido de la educación. 

Evaluar, por más sofisticada que sea la prueba, el rendimiento de los jóvenes en lengua, matemática y ciencias a partir de un conjunto de competencias que se suponen necesarias para enfrentar el mundo y establecer una nota para luego organizar a los países en un ranking significa pasteurizar, empobrecer y transformar el debate de la calidad de la educación en algo banal pero tecnológicamente complejo.
El dispositivo de evaluación se vuelve un fetiche, que parece resumir en sí mismo los fines y metas de cualquier sistema escolar que aspira a formar sujetos competitivos. 

PISA, por detrás de esa parafernalia de datos previsibles, no es otra cosa que un nuevo invento para un viejo argumento tecnocrático y conservador: subordinar la educación a los intereses del mercado.

La propuesta de pensar la calidad educativa en términos de ampliación del derecho a la educación ¿No deja afuera lo vinculado con los aprendizajes efectivos? En este sentido ¿Qué elementos obstaculizan que la ampliación del derecho a la educación se dé con buenos aprendizajes?

Pensar que el derecho a la educación está siendo garantizado porque se masifica la entrada a la escuela es absolutamente simplista. Sin embargo, es preciso considerar que el acceso masivo a la escuela es producto de una decisión política y de una oportunidad efectiva que se logra en determinado momento de la historia de un país.
La ampliación de las oportunidades de acceso es una dimensión de la calidad educativa. Hay otras, como la relativa a los aprendizajes y al papel que cumple la escuela como agencia de producción de saberes. Sobre la calidad educativa no se puede dictaminar de manera general y universal como si se tratara de una ley de la física. Lo que aprenden los niños y las niñas en las escuelas constituye un problema fundamental de la política educativa. 
Aunque el aprendizaje es un elemento de la calidad y un componente del derecho a la educación, los mecanismos de medición del aprendizaje que tenemos hoy no son buenos, porque lo que determina la pertinencia del conocimiento adquirido por un joven en una universidad no se puede definir de forma estandarizada y general.
La calidad de la educación involucra a los aprendizajes, pero el reconocimiento del valor social de los aprendizajes no se define por una prueba ni por un currículum estandarizado que se aspira a aplicar de manera homogénea a nivel internacional.

Fuente:
La evaluación de la calidad educativa en América Latina: modelos emancipadores en construcción.  Pablo Gentili. 2014


EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO CALIDAD

El concepto de Calidad es un concepto cambiante que ha ido evolucionando en el tiempo, por eso conviene hacer un breve repaso a la historia y conocer las distintas etapas por las que ha ido pasando, así como los distintos puntos de vista que dirigentes de empresas han ido tomado y toman como referencia para implantar un Sistema de Calidad.
Se puede hablar de seis etapas muy claras en la evolución del concepto:
1. Etapa Artesanal: Donde la Calidad suponía hacer las cosas bien a cualquier costo. Los objetivos que perseguía el artesano eran su satisfacción personal y la satisfacción de su comprador, no importaba el tiempo que le llevara. Aún hoy en día podemos encontrar productos que son fabricados siguiendo esta premisa, sobre todo en el sector de la alimentación.
2. Etapa de la Industrialización: Donde el concepto de Calidad fue sustituido por el de Producción, hacer muchas cosas y muy deprisa sin importar con que calidad. El objetivo era satisfacer la demanda de bienes (generalmente escasos) y aumentar los beneficios. La cantidad y el tiempo son los conceptos importantes.
3. Etapa de Control Final: En esta etapa lo importante ya no era la cantidad de producto fabricado, sino que el cliente lo recibiera según sus especificaciones. La producción había aumentado considerablemente con el establecimiento del trabajo en cadena, pero esto había producido un efecto secundario no deseado causado por el aburrimiento y la apatía de los trabajadores que originaba fallos en el producto y Clientes descontentos. El cliente ya no se conforma con cualquier cosa y empieza a exigir que el producto que recibe cumpla con lo que ha especificado, lo que origina el nacimiento del Control de Calidad entendido como Control Final. La Calidad se convierte en una especie de "servicio policial" cuya principal tarea es garantizar que el producto es óptimo y que cumple con los requisitos establecidos en el pedido. El % de producto defectuoso enviado al cliente dependía de lo fuerte que fuera la inspección final.
Calidad = Control de Calidad = Control Final
Los productos defectuosos detectados o se perdían o se introducían de nuevo en el proceso productivo para su recuperación. Ambos casos suponían un costo añadido al producto y el incumplimiento de los plazos de entrega.
Clientes descontentos = Empresas No Competitivas
4. Etapa de Control en Proceso: Los defectuosos que se encontraban durante la inspección final, no sólo se producían durante el proceso de fabricación, sino que también eran provocados por el mal estado o la No Conformidad de la Materia Prima utilizada. Esto llevo a establecer nuevos puntos de inspección, por un lado una inspección en la Materia Prima que permitiera detectar cuanto antes el defecto y así evitar dar valor añadido a un producto defectuoso que era defectuoso desde el principio, y por otro, una inspección durante el proceso que permitiera detectar los defectuosos cuando y donde se producían.
Pero las inspecciones, a las que tanto tiempo dedicaban, en realidad no mejoraban nada. Para lo único que servían era para constatar el número de defectuosos que se fabricaban y para evitar que llegaran al cliente. Se identificaban los defectos y el lugar donde se producían, pero no evitaban que se produjeran. El producto seguía llevando un costo añadido causado por los defectos de fabricación, además del costo que suponía la propia inspección.
El cliente está descontento y ya no quiere que le enviemos sólo los productos buenos, lo que quiere es que todos los productos que se fabriquen sean buenos y que se le entreguen en el plazo pactado porque sabe, que en caso contrario, él estaría pagando los defectuosos.
Estaba claro que había que hacer algo, y lo lógico era invertir menos dinero en inspecciones y más dinero en la prevención de los defectos.
De esta forma surge el Control en Proceso que permite tomar Acciones Preventivas. Ya no se trata sólo de identificar y rechazar o repasar los productos defectuosos antes de su salida al mercado o de su envío al cliente, se trata de efectuar un control en cada fase del proceso que permita identificar los fallos y tomar Acciones Correctoras que eviten la aparición de los defectuosos.
Calidad = Prevención = Ausencia de defectos
Pero esto no implica la eliminación de la inspección, hay que mantenerla porque es la única forma de descubrir los defectuosos en caso de que se produzcan.
5. Etapa de Control en Diseño: Se tenía controlado el proceso y se adoptaban acciones correctoras y preventivas, pero se seguían detectando problemas de calidad que aparecían durante la vida útil del producto y que no eran imputables ni a la materia prima, ni a las máquinas, ni a la mano de obra, ni al proceso. El problema estaba en el propio diseño, se detectaban problemas surgidos del hecho de que la especificación era irrealizable con los medios disponibles. Esto hizo necesario abordar desde el principio la posibilidad de realizar un producto que se ajustara a los medios disponibles y que ofreciera garantía de "no fallo", no sólo en el proceso de fabricación sino incluso una vez en poder del cliente.
La calidad empieza a programarse desde el propio proyecto (en el diseño) para que el producto además de estar adaptado a un proceso productivo, tenga una vida útil garantizada (fiabilidad del producto), lo que además simplifica considerablemente las tareas de control.
Calidad = Fiabilidad
La calidad ya no se centra exclusivamente en el producto, empieza a formar parte de las personas. Todos los integrantes de la organización y/o empresa intervienen, directa o indirectamente, en cómo salga el producto final, por lo tanto, hay que organizarse, programarse, fijar objetivos y delimitar responsabilidades. Esta es la mejor forma para asegurar que el resultado de la actividad sea lo que se pretende y no una sorpresa.
Calidad = Gestión de Calidad
6. Mejora Continua: En el mercado actual para ser competitivos, hay que dirigirse hacia la excelencia y eso sólo se consigue a través de la Mejora Continua de los productos y/o servicios. Hay que implantar un Sistema de Gestión que permita conseguir que lo que el cliente busca, lo que se programa y lo que se fabrica sea la misma cosa, hay que buscar la Calidad Total.
Esta evolución del concepto de calidad hacia la "Excelencia o la Calidad Total" ha sido posible gracias a las ideas de una serie de señores conocidos como los "Grandes Gurús de la Calidad" (Crosby, Stewart, Isikawa, Taguchi, etc) pero quizás, destacar entre ellos a Edward Deming y a Joseph Juran.

•Deming, W. E. (1981) afirma que tal calidad consiste en la “contribución a la satisfacción de las necesidades de los clientes”.

•Crosby, P. B. (1979) define la calidad como la acomodación a las exigencias de los clientes”.
•Tener, A. R. y Detoro, I. J. (1992) consideran que la calidad es aquella “estrategia que ofrece bienes y servicios que satisfagan completamente a los clientes externos e internos, atendiendo a sus expectativas explicitas”.

Fuente:
Evolución del concepto de Calidad J. RICO MENÉNDEZ

LAS CALIFICACIONES ESCOLARES

Nuestra cultura se encuentra impregnada de representaciones sobre los procesos escolares de evaluación, calificación y acreditación que encubren sentidos selectivos y segmentadores.
Es sabido, también, que los procesos educativos son mucho más amplios y profundos que una “nota escolar”. Por esto, la comunicación al alumno sobre lo que ha aprendido o aún no ha podido aprender merece herramientas más amplias y claras.
En este contexto, se entiende que:
Las calificaciones expresan una síntesis del juicio valorativo de quienes la sociedad ha instituido como responsables, y permiten tomar múltiples decisiones: ratificar o rectificar el curso de la enseñanza, ratificar o rectificar el curso de los aprendizajes, acreditar, promover o no una materia o un año escolar.
Para las familias, las calificaciones también son información fundamental, práctica y sencilla, que compromete en el acompañamiento, el aliento, el refuerzo o, simplemente, la alegría por el logro compartido.
Las calificaciones no son un fin en sí mismo; tienen un valor estratégico que depende del uso que se haga de ellas en las escuelas.
Una buena escuela logra acuerdos entre sus docentes sobre la utilización de las calificaciones como información continua sobre los progresos de aprendizaje de sus alumnos y como una herramienta para mejorar los mismos.
Teniendo en cuenta estos conceptos, vale la pena plantearse los siguientes interrogantes:
• ¿Cómo contribuye una correcta utilización de las calificaciones a la construcción de una buena escuela?
• ¿Cómo influyen sobre el aprendizaje y la continuidad en las trayectorias educativas?
• ¿Cómo hacemos para mejorar las calificaciones de los alumnos cuando es necesario?
• ¿Quiénes son los responsables de las calificaciones?

Veamos algunas posibles respuestas
1. ¿Cómo contribuye una correcta utilización de las calificaciones a la construcción de una buena escuela?
Las calificaciones inciden en la percepción de los alumnos y de sus familias sobre los avances en los
aprendizajes, como así también en las expectativas y el esfuerzo que cada alumno realiza.
Una buena escuela mantiene expectativas favorables respecto de los alumnos y de sus capacidades institucionales:
Las expectativas que los docentes tienen sobre sus alumnos son un factor condicionante de su desempeño real porque proyectan a futuro ciertas posibilidades de sus trayectorias escolares y de sus resultados de aprendizaje.
2.¿Cómo infl uyen las cali ficaciones sobre el aprendizaje y la continuidad en la trayectoria escolar?
Las calificaciones van mostrando a lo largo del año los avances, los logros y las dificultades que llevan a acreditar o no una materia o área y, por lo tanto, conducen necesariamente a la graduación o no de un alumno. No resultar promovido y ser expuesto a la posibilidad de la repitencia es un hecho traumático que puede influir sobre su continuidad escolar.
No se trata de “inventar”, “regalar” o conceder livianamente una calificación que no corresponda al trabajo realizado, sino de observar el progreso del alumno a través de la información que arrojan las calificaciones e intervenir a tiempo sobre la enseñanza y los aprendizajes. Esto implica una mirada permanente, para la búsqueda de aquellas decisiones que permitan mejorarlas.
Por esta razón, es imprescindible:
• ofrecer otras oportunidades, estrategias, recursos distintos a los ya probados, haciendo posible el progreso del aprendizaje antes de definir una calificación que dé por cerrado su proceso;
• supervisar permanentemente los desempeños, los procesos de enseñanza y los aprendizajes adquiridos.
3. ¿Cómo hacemos para mejorar las cali ficaciones de nuestros alumnos cuando es necesario?
Una tarea clave es realizar un análisis pedagógico de las calificaciones obtenidas por los alumnos.
Sabemos que, si bien las calificaciones comunican los aprendizajes, también hablan de las prácticas de los docentes.
4. ¿Quiénes son los responsables de las califi caciones?
La responsabilidad por la evaluación y las calificaciones es de la institución educativa en su conjunto:
el docente de aula, el equipo de orientación escolar, los jefes de departamento en las escuelas secundarias, los preceptores y el equipo directivo.
Constituyen también la institución educativa sus inspectores, en relación directa con ella, y toda la estructura del sistema educativo provincial. Es a partir del diseño curricular, de los contenidos a enseñar y de las estrategias previstas en él, que todo el colectivo de la institución educativa se responsabiliza de lo que ocurre con los aprendizajes.
Puntualmente,
• es el maestro o el profesor en contacto directo con el alumno el que propone la calificación, en base a los criterios previstos en el diseño curricular;
• es el directivo el que firma cada información trimestral en el boletín y, por último, define o no la promoción.
Tanto los directivos como los inspectores deben estar atentos a monitorear, a lo largo del año, lo que va ocurriendo con las calificaciones para poder intervenir oportunamente.
Intervenir supone:
• asistir al docente en todas sus necesidades profesionales sin descalificarlo;
• acercarle propuestas técnicas específicas y facilitarle materiales;
• acompañarlo en la lectura reflexiva sobre las evaluaciones periódicas de los alumnos
(trimestrales o cuatrimestrales, según corresponda); y
• ante todo, generar espacios de escucha y diálogo que permitan analizar las problemáticas en juego, para tomar decisiones compartidas que permitan mejorar las calificaciones de los alumnos.
Los equipos de orientación escolar y los capacitadores también deben proponerse observar cómo la enseñanza y los aprendizajes se relacionan con la evaluación y se traducen luego en las calificaciones.
El diálogo sobre estas relaciones permite ver las teorías que sustentan las prácticas, las coherencias o las contradicciones entre las estrategias de enseñanza y de evaluación, los aspectos curriculares más atendidos por los docentes y aquellos más eludidos.

Fuente:
Subsecretaría de Gestión Educativa. Subsecretaría de Educación. La Plata, 19 de Junio de 2012

¿QUÉ SE ENTIENDE POR CALIDAD EDUCATIVA?

Ante la pregunta acerca sobre qué se entiende por educación de calidad,  creo  necesario aunar criterios luego de haber entrado en una amplia discusión.  Sin embargo las diferentes definiciones que resultarían de tal discusión serían el resultado de criterios que se adaptan a modelos de sociedad que responden a políticas educativas, que responden a modelos de gobierno.
Mi intención es delimitar el concepto de Calidad Educativa apoyándome en bibliografía que a mi criterio responden a la posición ideológica que considero sobre el tema.
Comenzaré con la definición de la UNESCO (2005), que define a la educación de calidad como aquella que logra la democratización en el acceso y la apropiación del conocimiento por parte de todas las personas, especialmente aquellas que están en riesgo de ser marginadas.
Esta definición es contraria  a aquellas relacionas con la eficacia y la eficiencia de anteriores modelos de sociedad para quienes  la calidad de la educación consistía en lograr resultados exitosos que solo podían ser alcanzados por un sector de la sociedad.  Sin embargo  la UNESCO (2007) ha resignificado tales conceptos, estableciendo cinco dimensiones para definir una educación de calidad, desde la perspectiva de un enfoque de derechos. Estas dimensiones son relevancia, pertinencia, equidad, eficacia y eficiencia, y están estrechamente relacionadas, al punto que la ausencia de alguna de ellas determinaría una concepción equivocada de lo que cabría entender por una educación de calidad,  siendo “la eficacia y eficiencia dos atributos básicos de la educación de calidad para todos que han de representar las preocupaciones centrales de la acción pública  en el terreno de la educación. Eficacia implica analizar en qué medida se logran  o no garantizar, en términos de metas, los principios de equidad, relevancia y  pertinencia de la educación, mientras que la Eficiencia se refiere a cómo la acción  pública asigna a la educación los recursos necesarios y si los distribuye y utiliza de  manera adecuada.”
Las dos concepciones de la UNESCO me hacen pensar en definir a la calidad educativa como: igualdad y justicia social, respeto por la diversidad e inclusión.
Acordando con esas concepciones me pregunto: ¿Una educación puede ser de calidad cuando tiene excelencia solo en sus resultados pero deja afuera a gran parte de la población?  Sin embargo  ¿Se puede decir que hay calidad con inclusión? ¿Cómo se  mide el concepto de calidad basado en la inclusión?
A mi criterio el tema es cómo se evalúa, y aquí tenemos otro gran debate: ¿Qué se entiende por evaluación?
Si se entiende la evaluación como una simple demostración de que se ha adquirido algún conocimiento, nos estamos acercando a una educación de calidad que solo busca resultados exitosos.
Santos Guerra (1999)  define a la evaluación como un juicio de valor que se basa y se nutre del diálogo, la discusión y la reflexión compartida de todos los que están implicados directa o indirectamente en la actividad evaluada. El diálogo ha de realizarse en condiciones que garanticen la libertad de opinión, que se cimienta en la garantía del anonimato de los informantes y en la seguridad de que la información va a ser tenida en cuenta y utilizada convenientemente.
El diálogo se convierte así en el camino por el que los distintos participantes en el proceso de evaluación se mueven en busca de la verdad y del valor del programa. Desde la apertura, la flexibilidad, la libertad y la actitud participativa que sustenta un diálogo de calidad se construye el conocimiento sobre la realidad educativa evaluada.
Teniendo en cuenta esta concepción sobre evaluación cambian los criterios de elaboración de las mismas y cambia también el tipo de medición.
            La medición de los aprendizajes, en este sentido, no se enmarca en: calidad-evaluación-ranking, que responde a la lógica del mercado, sino que, en contraposición, incluye mejorar los logros de los estudiantes, atravesada por  una concepción más democrática y favoreciendo la inclusión social. De esta manera es necesario evaluar un proceso, para poder medir lo que se enseña.
            Y aquí viene la siguiente pregunta: ¿Sirven las evaluaciones estandarizadas para medir la Calidad Educativa?
            Respondiendo a la pregunta me atrevo a decir que las pruebas de calidad estandarizadas que se implementan a través de operativos nacionales o internacionales, miden la calidad educativa de un país o región desconociendo los progresos de los estudiantes en relación a sus trayectorias de aprendizaje y sobre todo desconociendo el contexto en el que se realiza tal medición. (UNIPE, 2014)
            Teniendo en cuenta la posición anterior, las concepciones de Calidad Educativa de la UNESCO y las definición de evaluación de Santos Guerra, sería interesante que  se lograra instalar como debate público dentro de las sociedades y por medio de los actores del sistema educativo,  la siguiente discusión:  ¿De qué manera es posible evaluar la “Calidad de la Educación”?



BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

·         Consejo Federal de Educación (2011), Resolución CFE Nº 134/11, Buenos Aires.

·         Santos Guerra, Miguel Ángel (1999). Evaluación Educativa 1. Un proceso de diálogo, comprensión y mejora.  Editorial Magisterio del Río de La Plata.

·         UNESCO para América Latina y el Caribe, Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) (2008). Eficacia escolar y factores asociados.  Santiago, Chile


·         UNIPE (2014) ¿Para qué sirven las pruebas PISA? La educación en debate, n° 25. La Plata 

PARA QUÉ SIRVEN LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN

La evaluación basada en criterios se refiere a la puesta en común del profesor y los alumnos sobre cuáles van a ser los aspectos a evaluar en el trabajo. Estos criterios tendrán que explicitar qué indicadores se van a observar para evaluar el desempeño de los criterios y qué ponderaciones van a tener estos indicadores.
REQUISITOS DE LA EVALUACIÓN POR CRITERIOS
Compartir la pauta de evaluación:
Como el profesor y el alumno tienen en sus manos la misma pauta de evaluación, ambos hablan abiertamente de los aspectos que se pueden mejorar y de los aspectos correctamente desarrollados, utilizando un lenguaje común.
Informe de su desempeño:
Si, por adecuación de los criterios al sistema de notas del 1 al 7, el alumno se saca un 4,2 en el trabajo, esta nota va acompañada de un informe de su desempeño según los criterios de la asignatura, por lo que realmente está informando acerca de lo que el alumno sabe (aprendió) o no sabe. El informe no sólo entrega información al alumno, sino que también es útil para los padres o para los otros profesores, porque favorece que todo el mundo empuje en una misma dirección.
Corrección de errores
La corrección de errores debe realizarse en un encuentro directo con el alumno y también debe utilizarse la hora de clases para reforzar los buenos desempeños. Por ejemplo, aprovechar la discusión que se produce en la clase para recalcar un buen manejo de conceptos o alguna relación establecida por el alumno a partir de sus propias observaciones. Se aplauden los aciertos y se apunta a lo que le falta al alumno.

Fuente
http://www.educarchile.cl/ech/pro/app/detalle?ID=87343