Se requiere un nuevo enfoque para comprender el concepto de «calidad de la educación», porque su significado tradicional ya no es adecuado en relación con las necesidades educativas que surgen en el nuevo milenio.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

LAS CALIFICACIONES ESCOLARES

Nuestra cultura se encuentra impregnada de representaciones sobre los procesos escolares de evaluación, calificación y acreditación que encubren sentidos selectivos y segmentadores.
Es sabido, también, que los procesos educativos son mucho más amplios y profundos que una “nota escolar”. Por esto, la comunicación al alumno sobre lo que ha aprendido o aún no ha podido aprender merece herramientas más amplias y claras.
En este contexto, se entiende que:
Las calificaciones expresan una síntesis del juicio valorativo de quienes la sociedad ha instituido como responsables, y permiten tomar múltiples decisiones: ratificar o rectificar el curso de la enseñanza, ratificar o rectificar el curso de los aprendizajes, acreditar, promover o no una materia o un año escolar.
Para las familias, las calificaciones también son información fundamental, práctica y sencilla, que compromete en el acompañamiento, el aliento, el refuerzo o, simplemente, la alegría por el logro compartido.
Las calificaciones no son un fin en sí mismo; tienen un valor estratégico que depende del uso que se haga de ellas en las escuelas.
Una buena escuela logra acuerdos entre sus docentes sobre la utilización de las calificaciones como información continua sobre los progresos de aprendizaje de sus alumnos y como una herramienta para mejorar los mismos.
Teniendo en cuenta estos conceptos, vale la pena plantearse los siguientes interrogantes:
• ¿Cómo contribuye una correcta utilización de las calificaciones a la construcción de una buena escuela?
• ¿Cómo influyen sobre el aprendizaje y la continuidad en las trayectorias educativas?
• ¿Cómo hacemos para mejorar las calificaciones de los alumnos cuando es necesario?
• ¿Quiénes son los responsables de las calificaciones?

Veamos algunas posibles respuestas
1. ¿Cómo contribuye una correcta utilización de las calificaciones a la construcción de una buena escuela?
Las calificaciones inciden en la percepción de los alumnos y de sus familias sobre los avances en los
aprendizajes, como así también en las expectativas y el esfuerzo que cada alumno realiza.
Una buena escuela mantiene expectativas favorables respecto de los alumnos y de sus capacidades institucionales:
Las expectativas que los docentes tienen sobre sus alumnos son un factor condicionante de su desempeño real porque proyectan a futuro ciertas posibilidades de sus trayectorias escolares y de sus resultados de aprendizaje.
2.¿Cómo infl uyen las cali ficaciones sobre el aprendizaje y la continuidad en la trayectoria escolar?
Las calificaciones van mostrando a lo largo del año los avances, los logros y las dificultades que llevan a acreditar o no una materia o área y, por lo tanto, conducen necesariamente a la graduación o no de un alumno. No resultar promovido y ser expuesto a la posibilidad de la repitencia es un hecho traumático que puede influir sobre su continuidad escolar.
No se trata de “inventar”, “regalar” o conceder livianamente una calificación que no corresponda al trabajo realizado, sino de observar el progreso del alumno a través de la información que arrojan las calificaciones e intervenir a tiempo sobre la enseñanza y los aprendizajes. Esto implica una mirada permanente, para la búsqueda de aquellas decisiones que permitan mejorarlas.
Por esta razón, es imprescindible:
• ofrecer otras oportunidades, estrategias, recursos distintos a los ya probados, haciendo posible el progreso del aprendizaje antes de definir una calificación que dé por cerrado su proceso;
• supervisar permanentemente los desempeños, los procesos de enseñanza y los aprendizajes adquiridos.
3. ¿Cómo hacemos para mejorar las cali ficaciones de nuestros alumnos cuando es necesario?
Una tarea clave es realizar un análisis pedagógico de las calificaciones obtenidas por los alumnos.
Sabemos que, si bien las calificaciones comunican los aprendizajes, también hablan de las prácticas de los docentes.
4. ¿Quiénes son los responsables de las califi caciones?
La responsabilidad por la evaluación y las calificaciones es de la institución educativa en su conjunto:
el docente de aula, el equipo de orientación escolar, los jefes de departamento en las escuelas secundarias, los preceptores y el equipo directivo.
Constituyen también la institución educativa sus inspectores, en relación directa con ella, y toda la estructura del sistema educativo provincial. Es a partir del diseño curricular, de los contenidos a enseñar y de las estrategias previstas en él, que todo el colectivo de la institución educativa se responsabiliza de lo que ocurre con los aprendizajes.
Puntualmente,
• es el maestro o el profesor en contacto directo con el alumno el que propone la calificación, en base a los criterios previstos en el diseño curricular;
• es el directivo el que firma cada información trimestral en el boletín y, por último, define o no la promoción.
Tanto los directivos como los inspectores deben estar atentos a monitorear, a lo largo del año, lo que va ocurriendo con las calificaciones para poder intervenir oportunamente.
Intervenir supone:
• asistir al docente en todas sus necesidades profesionales sin descalificarlo;
• acercarle propuestas técnicas específicas y facilitarle materiales;
• acompañarlo en la lectura reflexiva sobre las evaluaciones periódicas de los alumnos
(trimestrales o cuatrimestrales, según corresponda); y
• ante todo, generar espacios de escucha y diálogo que permitan analizar las problemáticas en juego, para tomar decisiones compartidas que permitan mejorar las calificaciones de los alumnos.
Los equipos de orientación escolar y los capacitadores también deben proponerse observar cómo la enseñanza y los aprendizajes se relacionan con la evaluación y se traducen luego en las calificaciones.
El diálogo sobre estas relaciones permite ver las teorías que sustentan las prácticas, las coherencias o las contradicciones entre las estrategias de enseñanza y de evaluación, los aspectos curriculares más atendidos por los docentes y aquellos más eludidos.

Fuente:
Subsecretaría de Gestión Educativa. Subsecretaría de Educación. La Plata, 19 de Junio de 2012

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